martes, 8 de noviembre de 2011

Un Susurro...

...que tuve que susurrar en una noche de luna llena a alguien que me escuchó mientras dormía y tuvo la maestría brillantez de expresarlo tal y como yo lo sentía, con otras palabras, de poeta experimentado, elevado. Y que tras un tiempo vuelve a mí, por que yo lo generé y necesitaba volver a recordarlo:


Y ahora que ya lo has visto, ahora que un tenue reflejo, o una cascada suntuosa de luz te ha alcanzado, atrayéndote un poco más a tu destino, no lo puedes olvidar, respira contigo.
Late con un silencio certero, con una inevitable llamada que te ayuda y te prepara a discernir lo venidero.
Sabes, ahora ya sabes que no hay vuelta atrás.
Qué lo has visto... y qué te ha deslumbrado!
Qué por eso, tan solo por eso, es para Tí prioritario.
Puede no ser aprobado, aceptado e incluso compartido por quién más deseas, o necesitas que lo entienda. Sin embargo, Tú lo has visto!
Has palpitado, te has emocionado y diluido...
lo has saboreado, te ha estremecido y has sentido tu objetivo.

Aún sin entender su última finalidad, su más sagrado interés, tu Alma lo ha reconocido y la Alegría esparcida en tu pecho confirma, que estás en lo cierto.
Y ese pálpito, que en ti ha brotado de vida nueva, de savia primaveral e irrefrenable... te hace intuir, te acerca a la certeza de que aquello, de que "eso" está hecho para tí.

Que tu lo SABES, que lo SIENTES, es la mayor garantía para firmar el compromiso. Sin testigos, contigo mism@. Es el paso decisivo, la fuerza, el torrente de voluntad que te reafirma: "este es tu camino".

La respiración se acelera al mirar tus pies pequeños, comenzando a subir por la ladera. La cima majestuosa, deslumbrante y atrayente, coronada por la meta, te estimula a la vez que te hace dudar de tus fuerzas, de tu capacidad... Es el momento de debilidad, (tan sólo una advertencia, un toque de seguridad) o el miedo quizá, de volver a comenzar.

¿Podré llegar...? Es la pregunta que te hace reflexionar sobre lo vivido, lo que has dejado atrás y lo aprendido. Ante todo aprendido. Esa es la puerta a la nueva dimensión: saber que ya has aprendido, que conoces lo que no quieres repetir. Lo que has decidido no volver a vivir.

Y también esa será tu cayada, sobre la que te apoyarás al escalar la montaña. Tu fuerza, tu confianza, el compromiso contigo mism@ se revitalizará al nacer tu esperanza.

Y la vida, la tuya, la única, la genuina, te sostendrá; mientras, la Voz de tu experiencia será el eco del viaje que te devuelva desde el valle la certeza de: YO PUEDO LLEGAR.

Ahora que ya sabes que puedes, que te hicistes maestro en descifrar que las crisis sólo significaban una oportunidad de crecimiento más; que dejaste atrás la queja, el orgullo, la frustracción y el egoísmo, que al levantarte abandonaste la comodidad y decidiste caminar, y que al hacerlo, descubriste en ello tu mérito y tu valor personal...

Más tarde, también descubrirás, que tus huellas serán el lenguaje que guiará a los que están por llegar.

Ahora es tu tiempo...el que te envolverá con las vestiduras de la soledad, las únicas que te mostrarán la verdad sobre tu Ser real. Ves la cima y en ella tu templo espiritual: el lugar donde se encuentra tu Paz.

Recuerdas de la lección del mundo su transitoriedad, su seguridad y bienestar fugaz. ¡De ahí aprendiste a vislumbrar que la vida tenía que ser... algo más!

Y a partir de esa intuición desarrollaste tu voluntad, la madurez, el coraje, la autoridad... Todas ellas cualidades que te fueron mostrando el camino de iniciación hacía tu propia individualidad.  Y sobre esa decisión te apoyaste para avanzar.
El silencio potencia el rendimiento.
Las palabras se pronuncian con cada paso que das.
Seguir... sabiendo que no hay vuelta atrás: que necesitas vivirlo, hacerlo tuyo...
sentirlo en tu mismo latido, cada mañana, al despertar.

Constancia y esfuerzo,
voluntad, perseverancia,
transformación y VERTIGO... la montaña...
el TODO, la NADA...
¡El camino que se abre... sin más!
Todo es experiencia, todo dualidad.

Silencio...
Es tiempo de silencio, para escuchar la soledad ;
mientras cae "La noche oscura del Alma" sobre el despertar.
Es el momento del grito interno... que desgarra de una vez por todas
las argollas de la necesidad, de la dependencia, de la incapacidad.

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