martes, 1 de noviembre de 2011

Su Vida


Tantas veces tiene que venir (y vendrá) la vida a enseñarme algo nuevo cuando emito un juicio. Otra vez la Iglesia, y es que parece que ahora necesitaba, o pedía que se me aclararan algunos puntos. Nada es blanco ni negro, yo dejé de pensar así hace un número determinado de años, no muchos, sólo un par. Llevaba esas gafas y las tenía bastante limitadas, sí, desde luego, no abarcaban a corregir mi miopía. Cada vez parece que se van acercando más a lo que busco, pero aún queda bastante, así que de vez en cuando me vuelve a pasar, juzgo sin conocer exactamente el quit hasta que me llega, me toca, lo interpreto y lo entiendo, o lo entiendo.
Ahora, como decía, le tocaba el turno a la Iglesia, esta vez, la Iglesia Mormona, bueno, básicamente el motivo por el cual alguien puede verse acogido, arropado  y amado hasta tal punto, la cara bonita de la luna, la que se deja ver.
Hoy, es el día de los muertos, muy celebrado aquí, las familias van a los cementerios limpian las tumbas de rastrojos y ponen flores bonitas, adornan con ramos y guirnaldas. Es un día de celebración y festejo extraordinario en el que se comparte con el difunto, ron, comida y alegría. Van a recordarle en vivo, cómo fue y por qué le amaron.








También hay una tradición que al tiempo se convirtió en feria con el paso de los años: los barriletes. Los barriletes son los cometas típicos que nosotros conocemos, con sus diferencias, pueden llegar a medir hasta 5 metros de diámetro y estan hechos con unas pinturas de aire infantiloide, paisajes o relatos de la biblia.  En éstos también se escriben citas, o frases que inspiren el habla con los espíritus del más allá. Su principal misión: que haya algún tipo de contaco con los espíritus o comunicación con las almas de la Tierra, el médium, normalmente descifrándose por los movimientos del viento o la caída rápida de la misma.


La religión aquí es muy importante, el opio del pueblo, que dijo aquel. Y es que en una simple conversación trivial y al pronto de conocerte ocupa la tercera pregunta de aquel típico estudias o trabajas español. Aquí sigue como:
1. ¿Cuántos años tienes?
2. ¿Tienes novio?
3. ¿Vas a la Iglesia o eres católica?
Para esto, sinceramente prefiero que la cosa se quede en ¿estudias-trabajas? o ¿bailas? Sola, gracias.

En este entorno exótico-festivo he conocido a Pablo, un chico de 16 años, casi 17, como siempre se dice a esas edades.
Se le salía la vida por los ojos, cuando me conoció se agarro a mí, y ya parece que no quiso soltarme. La curiosidad se le veía en los ojos, inquieto y avispado, inteligente. No paraba de preguntarme cómo era España, qué palabras usábamos para decir tal o tal cosa, qué comíamos, cuáles eran nuestros horarios. Le fascinaba enterarse de todo, yo le decía muchas cosas y él miraba atento con cara de admiración. De vez en cuando apuntaba algo, vagamente. Se limitaba a escucharme.
Empezó diciendo que su hermano había nacido especial, yo no quise indagar mucho, pero teniendo en cuenta que él lo dijo, probablemente no le importara hablar del tema, así que intenté escarbar un poco. Cuando llegué a la raíz, estaba bastante deshecha y a punto de romper a llorar por tres veces. Aparentando lo que no podía, y con un par de lágrimas saltando pero siendo gracias a Dios, cobardes para quedarse adentro. Y no parecer que realmente su historia superaba la realidad y con solo casi 17 años la vida estaba siendo una gran prueba para él.
Su hermano había muerto hacía dos años con 18 años, era mayor que él. Era especial porque había nacido con una enfermedad congénita, labio leporino, no podía respirar bien, y encima durante el parto se quedó más tiempo del debido en el canal, por lo que le faltó oxígeno e hizo que fuera un poco más lento de ahí en adelante. Pablo decía que su hermano era muy bueno, un angelito que alegraba la vida de todos los que tenía a su alrededor, pero que había mucha gente mala que se aprovechaba de él.
De padre desconocido, y madre ahora adoptiva, su madre natural en aquel momento, después de su muerte no tuvo otra cosa que optar por la cobardía-huida y dejarlo solo. Su familia adoptiva, sus tíos, parecían medios ricos ya que regentaban un bar en Antigua y le dieron colegio, comida y una paga semanal de 20Q, con el tiempo y dinero suficiente decidieron marcharse a EEUU a prosperar como tantos, en esa situación Pablo, sin pasaporte y sin madre para autorizar se quedó en Tierra. De ahí dio algunos tumbos por Xela trabajando de bar tender, limpiando, con familias a cambio de comida y estancia. Después llegó a Antigua y encontró familia, con la que trabaja igual por comida y alojamiento. Hizo un trato con ella, trabajaría hasta las 5 de la tarde y si podía trabajaría por un sueldo al cumplir los 18, ahorraría algo de dinero y luego se marcharía a la Misión.
Me decía: lo peor que te puede pasar en la vida es verte sin nadie, sin ningún sitio dónde dormir y sin amor, ahí ya la llevas lista. Todo lo demás se arregla, bueno eso también, pero duele más.
Así que encontró cobijo en la religión de su Iglesia, como él dice, la gente de allí no me hace daño, se porta bien conmigo, le están enseñando a tocar el piano y se desvive por compartir su tiempo con los demás para aprender. El entusiasmo por todo es lo más sobresaliente de él. Y su fuerza.
Le dicen en la Iglesia que no puede tomar café, que no puede beber, y él no sabe por qué, pero lo cumple. Él está cierto de que Dios existe y que esta Iglesia es la auténtica, en un par de años, se irá a una misión que le dura otro dos. En ese momento se dedica a orar cada día, no tienen TV y ningún tipo de contacto con la realidad. Tampoco sabe el lugar al que irá. Sólo que desea ferviertemente hacerlo porque todo lo que ha encontrado en la Iglesia, ese refugio, apoyo, amor, y falta de familia lo encuentra allí.
Se apasiona por todo, los dos sentados, (dejamos que los demás anden a su aire), mira los barriletes que se levantan ayudados por las familias con hijos morenitos y sonrientes y me dice: date la vuelta ahora y mira que la luna ya está ahí... Y luego: ¿conoces Divino? La canción de Mi Vida
y respondo que no. Y luego, y Luis Enrique y digo esa ¡sí!
Y a la vez nos ponemos a cantarla, y también la de Ricardo Arjona...


a la que hacemos otra vez lo mismo, los locos se encuentran.
Con fuerza y seguridad me explica muchas cosas de su Iglesia, y que no se toma nada de su vida como algo personal sino más bien siguiendo los principios básicos de algunas religiones: inmortalidad, alma-cuerpo, amnesia que tenemos al encarnarnos otra vez, que todo lo elegimos...
Así es cómo el sobrelleva sus días de ilusión y de dónde saca fuerzas para una nueva meta, para aprender inglés, trabajar sin parar y de soledad, con su Iglesia que le da apoyo, energía para encarar cada día y alegría para sentir que lo que él ha elegido para él en otro estado es lo que está llevando a cabo... Su Vida.

Intercambiamos facebook, y quedo con él para llevarle a una meditación conjunta gratuita en la Sala de los Espejos, dónde hago yoga, también a otra conferencia del 2012. Él se pone loco de contento y me anota el teléfono de la casa de dónde vive y me pone hincapié en cómo se escribe su nombre y me lo deletrea por tercera vez.

Así que de aquí en adelante otra vez, intentaré no ser demasiado generalista e intentar entender que todo sigue siendo de muchos colores, y que, tal ejemplo, la Iglesia puede ayudar a algunos de muchas formas. 

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